Cultos

Si bien a Nuestros Sagrados Titulares se les rinde culto durante todo el año en la Capilla de la Parroquia de la Asunción y Angeles, la Hermandad dedica a los mismos diversas actividades cultuales, tal y como contemplan los estatutos o reglas. No en vano, las mismas consideran el culto como la primera finalidad de la Cofradía.

De esta forma, todos los años, el segundo fin de semana de Cuaresma tienen lugar los cultos en honor en honor a Jesús de las Penas y de la Oración en el Huerto. Si bien algunos años estaban dedicados a los dos Titulares, desde la Bendición de la nueva imagen de Nuestra Señora de la Aurora se celebran de forma separada.

Los mismos consisten en la celebración de un Tríduo o una Eucaristía, con homilía y especial recuerdo de los cofrades y familiares de cofrades difuntos.  Los mismos finalizan con Devoto Besapié al Señor. Como curiosidad, señalar que en los primeros años se besaba la mano y no el pie del Cristo.

Desde el año 1987 se viene celebrando, el viernes de la cuarta semana de Cuaresma, Santo Viacrucis por las calles de la feligresía con la Imagen del Señor de las Penas. Es uno de los actos de culto mas participativos y emblemáticos de la Cofradía. El año 2002, con motivo del XXX Aniversario de la Reorganización y del XV de la Bendición de la Sagrada Imagen, participaron también diversas hermandades y cofradías de la ciudad, con sus insignias representativas, participando cada una de ellas en la lectura de las catorce estaciones de la Vía Sacra. 

La Estación de Penitencia de la tarde del Domingo de Ramos constituye la manifestación de culto público más importante de la Hermandad, acompañando los hermanos a las Imágenes en un clima de orden, silencio y sentido penitencial.

A final de octubre o comienzos de noviembre se celebran los Cultos en honor a Nuestra Señora de la Aurora, consistiendo los mismos en una Eucaristía seguida de Devoto Besamanos a la Virgen. En las intenciones se tiene especial recuerdo para las Benditas Ánimas del Purgatorio, titular de la Hermandad. Suelen celebrarse en sábado, teniendo lugar al día siguiente el Rosario de la Aurora por calles de la feligresía, acompañado de las populares coplas de los Hermanos de la Aurora. Un desayuno de hermandad pone fin al ciclo de cultos anuales. 

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