
Todo el trabajo de un año,
de uno por catorce, se hace visible nuevamente entre el agitado volar de las
golondrinas por la robustez del sonido alborotadas, ante la muralla que protege
desde los siglos a la Parroquia Mayor, que de mármol está hecha y que en
septiembre actúa cual cofre de nácar. El sueño de unos locos proveniente del
año 2002 para dar a Jesús de las Penas un retablo andante que lo enalteciera materialmente
de entre todos los egabrenses como el Dios vivo y verdadero, ve cumplida su
finalización ante los ojos de cuantos impacientes lo esperan un año más en la
plaza del poeta y periodista nicaragüense. Pero para entender este sueño que el
9 de abril se verá cumplido por siempre y para la historia de una Hermandad ya
casi tricentenaria, hemos de volver nuestros ojos al año 2002, en el inicio del
primer mandato de gobierno de la Cofradía del Huerto de José María Tron Moreno.
En el proceso de renovación
y transformación vivido por la Hermandad desde el año 1996 con la consecución
de realizar una Capilla propia y una sede definitiva en la Parroquia de la
Asunción y Ángeles, y con la realización de la nueva imagen titular de la
Hermandad de Nuestra Señora de la Aurora, la corporación decana de la Noche de
Ramos comenzó a plantearse dilatadamente en el tiempo, en soñar un nuevo paso
procesional, digno del misterio de Juan Manuel Miñarro. Tras las elecciones
celebradas en el año 2001, que dieron los designios de la Cofradía a Tron
Moreno, la Junta de Gobierno elegida comienza a soñar en la realización de un
nuevo paso. Surgieron diversas conversaciones, propuestas, bocetos, llamadas,
visitas y detalles a plantear en distintos talleres y profesionales de la
materia, por lo que se acabó confiando la realización del nuevo paso
procesional, y ratificándolo más tarde el Cabildo de Hermanos, al entonces
novel taller conformado por dos hermanos de la Cofradía: Manuel Jurado Moreno y
Miguel Ortíz Cabello. En conversaciones con José María Tron, nos cuenta lo
siguiente de sus recuerdos:
“La Junta que yo presidía se planteaba la renovación del paso de Cristo,
pero cierto es que habida cuenta de las posibilidades económicas que tenía
entonces la Hermandad, se veía poco asequible la idea. Se visitaron diversos
lugares y talleres, y así pasó el tiempo hasta una reunión “simbólica”, que fue
en verano del año 2003 y se realizó en la Fuente del Río, donde se acordó que
Manolo y Migue realizasen el paso, cuando aún estaban recién empezados en la
Escuela de Talla de la Diputación de Córdoba, lo que verdaderamente era una
“apuesta” para nosotros, pues entonces aún no conocíamos totalmente sus
posibilidades y dotes. Hablamos con ellos, hicieron el boceto, gustó, y una vez
dieron el presupuesto se presentó al Cabildo de Hermanos”.
Como nos cuenta el ex
Hermano Mayor de nuestra Hermandad, el anterior paso procesional de Jesús de
las Penas, del año 1986, fue vendido en 2003 a la Cofradía de las Angustias de
León. Esto supuso un paso importante para la Hermandad, ya que con la venta del
mismo se dio un gran empuje al inicio del nuevo: “Fue importante y un gran espaldarazo la venta del anterior paso. Si no
hubiera sido por esa venta, hubiera costado más trabajo arrancar el inicio del
nuevo paso”.
Con todo puesto en orden y
realizadas las aprobaciones pertinentes, se procede en los últimos meses de
2003 a la firma y encargo de la carpintería del paso nuevo al Taller de Juan
García de la Rambla, quien entrega en la cuaresma del ya año 2004 el mismo. Aquellos
días también son recordados con ilusión y detalles:



El resultado de todo el
proceso de talla ha sido el paso que ya cada Domingo de Ramos portará al Señor
de la Oración por Cabra. Un paso realizado en madera de cedro proveniente de
Cuba, formado en sus laterales del canasto por una capilla frontal que separa
sendos cuerpos de entrantes, formados por talla de hoja barroca y de salientes
con medallón central que cobijan pilastras, 36 serafines y 16 querubines. Estos
fueron realizados por Edwin Solís y estrenados en su talla en el año 2006,
siendo generosamente donados por numerosos hermanos y devotos de Jesús de las
Penas. Rematando todo el conjunto encontramos una crestería similar a la del
resto del canasto, cuya separación se produce a través de unas molduras
talladas con motivos vegetales. En el respiradero, separado del canasto por un
baquetón dividido en dos planos, del que parte un cuerpo formado por cuatro
cartelas de talla delimitadas por unas pequeñas molduras, y se reparten
proporcional y simétricamente tres medallones superpuestos al primer plano
destacando uno central. Todo ello limitado por esquinas superpuestas al mismo
con motivos vegetales. El respiradero se encuentra limitado en su parte
inferior por unas molduras talladas.
Pero volvamos a la historia.
En el año 2009, tras ocho años de José Mª Tron como Hermano Mayor de nuestra
corporación, es José Alberto Pérez-Aranda Lama quien accede al cargo tras las
elecciones celebradas en el mes de septiembre de dicho año, quien acabará su
segundo mandato revalidado en el año 2013 el próximo mes de septiembre del
presente año. Su proyecto, desde el inicio del mandato, fue el de proponer a
los hermanos si finalmente el paso procesional de Jesús de las Penas, recién
finalizado del proceso de talla en el año 2009, sería dorado o barnizado en
color caoba, algo que es llevado a Cabildo de Hermanos meses después, en 2010,
aprobándose que la terminación del cofre que da cobijo en Semana Santa a Jesús de
las Penas fuera el oro que como Dios y Rey del Universo lo enaltece.

El dorado de las cartelas
centrales de los respiraderos laterales se estrenaron junto al baquetón en la
Procesión Magna del 20 de septiembre de 2015, en honor de María Santísima de la
Sierra en su Año Jubilar. En la Semana Santa de 2016 estrenaron los escudos de
las Hermandades del Domingo de Ramos en las volutas de las mencionadas
cartelas. Todo este programa iconográfico se completa con las ricas cartelas
realizadas también por Edwin Solís y estofadas por Rafael González, que coronan
las cuatro esquinas del canasto y que representan a los cuatro pasos de la
Archicofradía de la Aurora: el Lavatorio, Jesús Caído, San Pedro en la Cueva y
la Santa Cena, amén del cáliz de la Pasión en la cartela central de la
delantera. A estas representaciones se unirán, previsiblemente en 2018, las
cuatro representaciones de los Evangelistas, que realizará NHD Salvador Guzmán
Moral. Tras todos éstos detalles, quedan casetas, cuartelillos, viajes, rifas,
fiestas de fin de año, donativos… y un sinfín de actividades, muestras del
trabajo de hasta cuatro Juntas de Gobierno y muchos otros hermanos, incansables
en el empuje con casta y valentía para la consecución del sueño.
Acaba
así “el sueño de una noche de verano”. Con valentía, fuerza, ilusión, casta,
trabajo, sueños, sufrimiento… y victoria. Como en el mundo de los ruedos.
Toreando hasta el último segundo decenas de “locos” para hacer posible un sueño
de 14 años, un sueño dado a por su Hermandad como un capotazo “de madera y
oro”. Un sueño para que tallado, lleve encerrado, Jesús de las Penas en un
retablo andante nuestro corazón.
* Reportaje de Ismael Ruiz para el Getsemaní 2017.
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